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CONOR

Durante las duras décadas de los años 30 y 40, en España Ignacio Orbaiceta destacaba como esprinter en el panorama ciclista profesional de la península. Considerado uno de los mejores esprinters de esta época, con más de 30 carreras en su palmarés, Ignacio compartió carreteras con el gran maestro del esprint Miguel Poblet, y se retiró a la temprana edad de 26 años para dedicar su vida a la fabricación y distribución de bicicletas. Pero además Ignacio continuó siempre muy vinculado al ciclismo de élite y en el año 1975 patrocinó el afamado equipo Super Ser, liderado por Luis Ocaña.

Era el año 1949 cuando Ignacio Orbaiceta, con tan solo 26 años, abandona el ciclismo profesional debido a las dificultades de la durísima época de posguerra. En su palmarés más de 30 carreras de la máxima categoría llegando a ser uno de los mejores esprinters de aquellos años.

Desde entonces la familia Orbaiceta, debido principalmente a su pasión por el ciclismo, emprendió su andadura profesional en el mundo de la bicicleta. Primero con la distribución de varias marcas nacionales durante muchos años, compaginando esta actividad con la fabricación de ciclomotores y mas tarde con estufas y otros electrodomésticos, que debido al buen hacer y al volumen adquirido fue creciendo paulatinamente por toda España y más de 29 países.

A principios del año 1990, con una potente red de distribución en funcionamiento y la experiencia de más de 30 años en el mercado, se decidió dar un paso adelante creando una marca propia. CONOR.

La evolución ha sido una constante en el devenir de la empresa Conor, en sus comienzos la sede se encontraba en un edificio del centro de Pamplona desde el cual se dirigía la distribución. Pero debido al crecimiento como marca y sobre todo por la fuerte demanda del mercado se trasladó la sede a las naves actuales en el Valle de Egüés (Navarra), en un entorno natural único. Pocos años mas tarde, en 1998, se inaugura en Conor la primera cadena de montaje, donde se producen todas las bicicletas de gamas media y alta de la marca.

El ambiente familiar en el que nació Conor y que todavía conserva, hace que exista un trato personalizado y de cariño hacia el cliente, ofreciendo productos que satisfacen por completo las necesidades de los clientes, siempre con profesionalidad y dedicación.